Mucha gente habla en la actualidad de los rituales de amarre, pero no siempre saben exactamente a qué refieren estos conjuros. Existen muchas clases de hechizos y rituales y desde esta página intentaremos explicar cada uno de ellos empezando por los amarres, ritual que tiene muchos partidarios y también muchos detractores porque supone el uso de la magia en contra, en muchas ocasiones, de la voluntad de la persona que se intenta amarrar.
Algunos síntomas que perciben las victimas de los amarres de amor son, por ejemplo, atracción repentina hacia otra persona por la cual jamás se interesó (la misma vendría a ser quien llevo a cabo el ritual de amarre), también los hechizos de esta clase se manifiestan físicamente provocando dolores de cabeza, en los huesos y en el pecho continuos y especialmente muy fuertes, y especialmente cambios de humor muy drásticos y sin motivo aparente.
Amarres de amor usando limones. Este amarre con orina y sangre para que regrese la persona que amas solo puede ser utilizada en el supuesto de que existan sentimientos afectivos que te orillen a realizarla, esto ya lo indique, sin embargo es importante dejar en claro, pues si no se tiene afecto (al menos aparente, ósea, que supones tenerlo) no solo por que desbarata la efectividad del hechizo sino que conduce inevitablemente al rastro de magia sobre ti, y posiblemente sobre personas cercanas, ten cuidado con esto.
Pones agua en una pequeña olla donde puedas sumergir la vela, antes de meterla pones tus manos dentro del agua con las palmas extendidas al cielo y pides al universo la energía y protección para el trabajo que quieras hacer (en este caso es un amarre), cierras los ojos por un momento y te imaginas que ya es un hecho lo que esperas obtener, en ese momento metes la vela las velas en el agua… por un momento más sigue imaginando que ya está hecho.
Los materiales a necesitar en estos casos se debe tener en cuenta a las velas, claveles, inciensos, cigarrillos, fotografía personal, rosas rojas, perfume y prenda de vestir los cuales son esenciales y fundamentales para cada sesión espiritual siendo realmente una constante en las citas respectivas.
Luego, en el papel dibuje una cruz pequeña —de modo que se pueda acomodar debajo de la veladora— ahí escriba verticalmente el nombre de la persona que le interese recuperar; horizontalmente anote el de usted, no importa si alguna letra queda encimada.